Hormonas y Ejercicio


El organismo utiliza a las hormonas como vía de regulación de procesos durante el ejercicio. Ellas condicionan directa o indirectamente, todas las respuestas de órganos y sistemas durante la actividad física.

Existen respuestas hormonales de acción rápida (su producción depende únicamente del componente nervioso que ordena su secreción), algunas otras son de acción lenta (su producción depende del estímulo de otras glándulas) y algunas más son de acción diferida (en las que no es necesario un componente nervioso. Responden a otras adaptaciones químicas y corporales, y son más útiles para el periodo de recuperación).

En el siguiente cuadro se ejemplifican los mecanismos que estimulan la función endocrina en el ejercicio. Pueden darse cuenta que todo comienza cuando el cerebro detecta que nos encontramos en movimiento. El sistema nervioso central (hipotálamo) estimula al sistema nervioso simpático y a su vez la secreción de glándulas endocrinas que colaboren con las demandas energéticas y desgaste corporal.

Los músculos, con sus "propioceptores" (receptores de movimiento) informan también al Sistema Nervioso Simpático y lo mantienen alerta de las necesidades metabólicas, impactando también de manera indirecta en la producción hormonal.

(Fuente: López Chicharro J et al., 2006)



La mayor parte de las respuestas hormonales al ejercicio se dan bajo la lógica de que el ejercicio representa una situación de estrés fisiológico. No todos los organismos van a estar igualmente preparados para soportar las mismas demandas del ejercicio, por lo que las respuestas hormonales dependerán en realidad de otros factores tanto genéticos (tipos de fibras musculares), ambientales (aclimatación, altimetría), psicológicos (estrés emocional), de duración e intensidad del ejercicio.

La dieta es un factor muy importante para las adaptaciones hormonales. Una adecuada alimentación rica en HC podrá atenuar las respuestas hormonales y darle más eficiencia al trabajo físico.
La mayoría de las hormonas que inciden en la respuesta al ejercicio se producen por el eje hipotálamo-hipófisis-suprarenal. Las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) se producirán mayormente en ejercicios de elevada intensidad, o cuando el cuerpo no esté cubriendo sus adaptaciones cardiovasculares y ventilatorias necesarias para continuar el ejercicio. La noradrenalina se produce inmediatamente que se detecta el estímulo, pero la adrenalina tiene un efecto de liberación más prolongada.



Algunas hormonas como el glucagon, se secretan mayormente después de esfuerzos prolongados. Sus niveles en el cuerpo humano permanecen más altos cuando el cuerpo necesita recuperar los HC perdidos por ejercicios de resistencia. 

(Fuente: López Chicharro J et al., 2006)


La insulina es un caso particular. Su secreción esta directamente relacionada con la intensidad del ejercicio y sus concentraciones se regulan para poder proveer a los músculos de glucosa circulante, sin que su producción excesiva ocasione peligrosos estados de hipoglucemia.

La secreción de insulina será moderada en un ejercicio de intensidad ligera-moderada, subiendo en el rango del 60-65% de VO2 Max (por respuesta al sistema nervioso simpático). Cuando la intensidad del ejercicio sube del 70% los niveles de insulina descienden progresivamente para proteger las reservas de glucosa sanguíneas. 

(Fuente: López Chicharro J et al., 2006)



Se sabe que con el entrenamiento continuado, la eficiencia de los sistemas energéticos oxidativos (B- oxidación de grasas) atenúa las necesidades de glucosa musculares, lo cual se puede apreciar en la siguiente gráfica, donde el individuo después de 20 semanas de entrenamiento mantiene sus concentraciones de insulina más estables, sin tener que cortar su producción para proteger la glucemia.

(Fuente: López Chicharro J et al., 2006)










1 comentario:

  1. comparto este video de lo que pasa cuando corremos para ser un poco más didáctico
    https://www.youtube.com/watch?v=J-FWVK-zYcg

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