Todos los procesos metabólicos productores de energía tienen como consecuencia la producción de hidrogeniones (H+) que pueden potencialmente alterar el equilibrio ácido-base del organismo.
El ejercicio de intensidad elevada favorece la producción de ácidos orgánicos y volátiles que pueden hacer que el pH muscular sea notablemente menor al del resto de la sangre. Este desequilibrio se regula por vías respiratorias y enzimáticas, permitiéndole al atleta continuar un esfuerzo intenso y prolongado en la medida que las adaptaciones corporales lo permitan.
El exceso de CO2 en la sangre, así como el exceso de Ácido Láctico van a perjudicar el desempeño físico y emocional del atleta, por lo que será muy conveniente no inducir un sobre entrenamiento para dar tiempo suficiente para la recuperación del equilibrio ácido-base corporal.
No olvides que es el Sistema Respiratorio el Buffer más poderoso para el equilibrio químico corporal.
(Fuente: López Chicharro J, et al. 2006)
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